GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

jueves, 2 de noviembre de 2017

La bufonada escapista de Puigdemont-Rambla Libre


http://ramblalibre.com/2017/10/31/la-bufonada-escapista-de-puigdemont/

La bufonada escapista de Puigdemont













 Artículos y entrevistas de Ignacio Fernández Candela en Rambla Libre
.Artículos y entrevistas de Ignacio Fernández Candela en Rambla Libre.



Carles Puigdemont, en Bruselas. /Foto: elconfidencial.com.
Ignacio Fernández Candela. 

Cualquier delincuente busca la impunidad del delito y procura escapar de la acción de la Justicia.  La consciencia delictiva es inherente al intento de fuga, por lo que no debería extrañar el amago del expresident contratando el asesoramiento de un especialista en derechos humanos de asesinos etarras, para librarse la quema de sus incendiarios fines que no lograron prender en Cataluña.

Y no será porque patéticamente no lo hayan intentado él y sus secuaces, buscando una confrontación que no han secundado los cobardes insurrectos, ni ha alentado una comunidad internacional curada de espanto ante el esperpento nacionalista. El Houdini de pacotilla ha improvisado todo tipo de trucos y no le ha resultado ninguno con estos últimos coletazos de la república catalana que nació como un aborto para ser adorada por una secta de zombis, a los que al menos les funciona el instinto de la conservación para acatar el artículo 155 sin rechistar.

Los traicionados son muchos y queda por ver cómo se tiran a la yugular de unos y otros sacándose los trapos sucios. Los protagonistas de esta astracanada aún han de sufrir un amargo despertar en los tribunales, para tomar consciencia del desastre chapucero.

De Carmen Forcadell no se sabe si está más cerca de un destino penitenciario que de un tratamiento psiquiátrico, esperemos que sin necesidad de una camisa de fuerza. Porque debe de producir mucha frustración haber impulsado como una posesa este aquelarre separatista para ver que, además del fracaso estrepitoso a nivel mundial, el brujo mayor se escapa y abandona a toda la secta obligada a asumir las consecuencias del engaño. Debe de doler como para darse cabezazos contra una pared, por lo que además de la camisa de fuerza sería aconsejable el uso de un casco para preservarla de mayores lesiones cerebrales que las hasta ahora sospechadas con sus incalificables modos de actuar.

Oriol Junqueras sobre la traición podría escribir un libro autobiográfico empezando por la de  él mismo contra el sentido común. Cuando con la perspectiva de los años entre rejas observe la calma de los días y la nula oportunidad de las ambiciones, verá estos aciagos días como una conspiración de descerebrados cuyo fracaso es el triunfo de la sensatez y la dignidad. Quizá la autocrítica le resulte feroz pero será toda una evolución cuando por fin la reflexión se le ajuste a la realidad.

Romeva,-quien no tiene un solo pelo de tonto, ni de listo- puede ser toda una inspiración Del sentimiento trágico de la vidade Miguel de Unamuno, quien en el capítulo 5 del ensayo-La disolución racional- se preguntaba si la verdad se vive o se comprende. Una verdad de absurdo y ridículo que podría sumir al responsable de asuntos exteriores en una depresión tan profunda como las mentiras que esgrimió para engañar a Europa sobre el éxito del procés ya finiquitado. La verdad la vivirá y la comprenderá proporcionalmente al descubrimiento en detalle de una gran farsa con la que pretendió estafar al mundo entero a través de embajadas no reconocidas por nadie.

Ada Colau, la emperadora de la ambigüedad como la ha definido Borrell,  de la estupefacción como si con ella no fuera la cuestión independentista debería pasar al sentimiento de la responsabilidad asumiendo presuntas conductas delictivas que solo han cesado cuando  ha fracasado Puigdemont. Su cara es un poema en condiciones normales pero en las de la sorpresa es aún más desagradable, porque la mistura de la mezquindad con la estupefacción refleja lo absurdo que es una trepa como ella en la alcaldía de Barcelona desde donde ha pretendido dañar al Estado español y aus ciudadanos. Alguna migaja de las querellas debería echarse a la boca el pajarito.

Llegado el momento de enfrentarse a las responsabilidades penales, Carlos Puigdemont huyó al escuchar los cantos de sirena del ministro de inmigración belga. Peor fue el desengaño cuando el viceprimer ministro desautorizó a  Theo Francken quien ahora reconoce la ligereza de su proposición que puede provocar un conflicto diplomático con el Gobierno español. Reglas, leyes, usos elementales de cortesía política y diligencia institucional; todo lo contrario a lo mostrado por el expresident que en sus declaraciones de hoy,  ha entonado la cansina cantinela de represión y falta de garantías democráticas que no han resultado para engañar al mundo con la bravata independentista.

Lo cierto es que el mamarracho ha corrido  a ponerse a salvo y, ante la negativa a ser acogido en exilio, ahora disimula esa solemnidad que nunca poseyó, la que resulta ya un ridículo permanente allá donde vaya.

Solo le falta recalar en Venezuela con el narcogobierno bolivariano. Y no sería de extrañar contemplando este grotesco culebrón catalanista que es vergüenza universal. La invitación del dictadorzuelo Maduro la tiene y en España hay embajadores de honor en las filas podemitas. Todas las facilidades para el escapista sin honra al que se le oyen las campanillas de bufón en cuanto se mueve.

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