GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

martes, 15 de mayo de 2018

Quim Torra: la huida hacia adelante con un descerebrado radical. Artículo para Rambla Libre



Ignacio Fernández Candela.

No son declaraciones equilibradas las de este teórico del racismo más atolondrado y por ende más peligroso. ¿Está en sus cabales alguien que se expresa de este modo sobre los españoles?: “bestias carroñeras con forma humana“. No. Y es candidato a una investidura de sainete.
Si no es un descerebrado algún tipo de dolencia mental debe de poseer este Torra con un pensamiento tan radicalizado más allá del concepto político al uso, incluso con  la desastrosa situación de suspense en que se encuentra sometida Cataluña. Pero no debería sorprender que Puigdemont tome como títere a un abnegado independentista en la línea del bufón Cucurull, el del discurso disperso y ajeno a toda vergüenza, para investirlo como Presidente de la Generalidad en lo que se sospecha un paso agigantado de radicalización con el objetivo de un enfrentamiento abierto y nada disimulado que es una huida hacia delante con el extremismo exacerbado como bandera.

Quim Torra es un suplente de banquillo que esperaba su oportunidad en tanto el equipo titular sucumbía en la mala jugada del secesionismo que acabó con la cúpula encarcelada o en el exilio. Algunos lo tratan de intelectual pero no es en la palabra donde trasciende la virtud del intelecto sino en la actitud de fondo que la inspira. El odio chabacano, infantiloide, ridículo y esperpéntico de este mediocre reserva del independentismo es justo lo que se necesita en una situación desesperada de cuantos pretenden conculcar la ley y sobrepasar el orden que la hace posible. Un orden social soliviantado y levantisco que pase de la sugerencia a la acción sin ambages, buscando no ya la provocación que no ha engañado a nadie convirtiéndola en falsario victimismo, sino el impulso violento y justificado con una llamada abierta a la confrontación.
El destino de Quim Torra estaba escrito cuando el secesionismo evitó que se quedara a vivir debajo de un puente en lo personal, para afiliarse sin condiciones al oportunismo político que lo ha mantenido. Ahora le toca agradecer los generosos servicios prestados a su condición personal asumiendo el papel un rol de kamikace complacido, dando rienda suelta a su rencor exacerbado digno de análisis psiquiátrico; así tenga noción de un retorno a la realidad después de salir con las ganas de perdedor para ser sacrificado por una causa perdida. Es el tonto útil de Puigdemont para una nueva etapa de emergencia con huida hacia delante pase lo que pase. Buena señal si recurren a algo así como última carta para jugar esta trampa de juego autonómico. Solo falta un árbitro que los deje fuera de juego, definitivamente.
Quizá ese regreso a la realidad pueda reflexionarlo en la cárcel este Torra que busca sin ambages engrosar la lista de enjuiciados de cuantos protagonistas del procés antes no lo tuvieron en consideración. Escenifica fielmente la imagen de un perdedor con los colmillos afilados. La excusa perfecta para un Gobierno demasiado permisivo que debe aplicar con resolución el Artículo 155 antes de que recurran estos a Mazinger Z para echar los puños fuera.
 Infantiloides, resentidos y consentidos. Ya basta.

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